Qué chévere ha sido el reencuentro de la Clase Graduada Hostos'82!
Aunque no soy de la clase '82, mi esposa Zaida sí, he experimentado la alegría que se siente el volver a ver amigos, amigas, panas y conocidos otra vez. Es como revivir el tiempo cuando todo era un vacilón y una risería. Es como olvidarse de todo y enfiebrarse otra vez con algo, estar emocionado(a) o entusiasmado(a) con ése algo que te llena. Te hace visitar la página web de la clase varias veces al día a ver qué hay nuevo, las llamadas telefónicas no terminan. ¡Qué clase de factura de celular me llegó un día! A parte de todo es una chulería.
Cuando se viven experiencias así no quisiéramos que termine, no quisiéramos volver a la vida real y cotidiana. Desearíamos continuar en ésa euforia de nuestros tiempos de vacilón, la emoción de cortar clase, de formar el grupito en el palito, la escalera o donde sea y escuchar los cuentos y chistes de cada cual. Dondequiera formábamos el bembé.
A pesar de todo lo bueno, tenemos que volver a nuestro diario vivir y en algunos casos podría ser que no lo veamos tan chévere como el vacilón de la clase.
Quiero compartir contigo lo que vivo hace unos años ya. He encontrado que aunque esta vida sea corta, con momentos de alegría intensa y momentos en ocasiones agrios existe alguien que me da la alegría y paz verdadera. Ese alguien es Jesucristo. Desde que llegó a mi vida cambió por completo mi manera de ver la vida.
Hago lo posible por disfrutar la vida al máximo, pero con un sentido de propósito más allá de lo que este mundo me puede ofrecer. Busco vivir la vida agradándo a Dios en todo, pues es El quien me ha enseñado que aunque esta vida sea corta y los momentos felices se acaben rápido, tengo en El esperanza de vivir eternamente si le creo con todas mis fuerzas.
Jesucristo me ha permitido entender que como dice la Biblia en Juan 14:27, Dios nos da la paz duradera aún en medio de las dificultades. Nos brinda la esperanza de poder alcanzar lo que por nuestras propias fuerzas no logramos. Ser felices sin importar que los momentos "buenos" de esta vida sean cortos, pues tengo la plena certeza que Dios me tiene guardada la corona de la vida si creo en El de todo corazón.
Es por esto y por muchas razones y experiencias en mi vida que te invito a que no permitas que la alegría y el vacilón termine cuando vuelvas a tu vida cotidiana. Llénala de la paz, esperanza y propósito que Jesucristo quiere darte. Permítete la oportunidad de conocerlo y permitirle a El bendecirte de manera especial para que la fiesta no termine.
Cuando le entregues tu corazón a Cristo te darás cuenta que la fiesta a penas comienza. Te dará el perdón y la capacidad de perdonar. Te hará creer que Dios tiene un lindo propósito en tu vida y quiere enriquecerte con muchas cosas que jamás has imaginado.
Recuerda, en compañía de Jesucristo "el party" acaba de comenzár.
"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo." Juan 14:27
Dios los bendiga a todos,
Wilfredo y Zaida
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